Después de un tiempo de desaparición paulatina del mapa por este blog, ahora con más tiempo libre toca volver a la carga con nuevas recetas. Y es que el tiempo de torrijas se convierte en una época muy peligrosa del año para aquellos que no podemos resistir la tentación. Una sola torrija (según la "receta de la abuela") puede llegar a contener entre 500 y 566 calorías de las cuales casi todas provienen de grasas y azúcares, aunque como todo, tiene su cara amable y nos aporta unos 2.2 gramos de proteína y cantidades ingentes de Calcio, lo cuál la convierte en buena candidata como desayuno antes de salir a hacer una actividad física especialmente intensa, aunque igualmente problemática de quemar. Pero no he vuelto aquí para amargaros la Semana Santa ( para algunos Pascua) y alejaros de este dulce tan difícil de resistir, sino para ayudaros a evitar que el azote de las torrijas nos pase factura.
Alguna vez os habréis preguntado de dónde viene el brocoli y qué pinta en el ecosistema en general, pues bien este vegetal tan poco popular puede convertirse en nuestra salvación.
El brocoli es un vegetal de la familia de las crucíferas, y no es difícil de imaginar que se encuentra emparentado con la coliflor, y de hecho tiene una gran similitud nutricional con las coles de bruselas, aunque éstas son algo más calóricas. El brocoli es un vegetal extremadamente bajo en calorías (apenas 25-30 calorías por cada 100 gramos), rico en ácido fólico, y antioxidantes Scavengers como los Betacarotenos (vitamina A) y vitamina C, además de contener grandes cantidades de hierro lo cuál lo hace perfecto como ingrediente a tener en cuenta en el ciclo menstrual y en caso de anemia. Por añadidura es un alimento rico en Potasio que contrarresta la retención de líquidos del Sodio en el organismo y tiene un alto contenido en fibra que se traduce en un tránsito restaurado y menor sensación de hinchazón.
Aunque resulta un vegetal muy poco deseado por la mayoría de la población y rara vez barajarlo como ingrediente en un plato normal resulta agradable como para valorarlo en un Smoothie verde, debéis tener fe en este invento.
Para este Smoothie necesitaremos:
- 4-5 miniarbolitos de Brocoli
- 1 Plátano
- 100 ml de leche de avena o almendras (preferiblemente)
- 1 cucharadita de miel
El valor energético para este Smoothie:
- 153 kcal
- Proteína: 2.8g
- Hidratos de carbono (azúcares): 36g
- Grasas: 0.7g
A pesar de que el plátano ha tenido desde siempre mala fama por ser una de las frutas más calóricas detrás del aguacate, resulta ideal en este Smoothie con propósito saciante, ya que su alto valor energético se debe más a la cantidad de hidratos de carbono y proteínas que a la de grasas, que resulta casi inexistente, lo cuál nos ayudará a mantener un nivel de energía más que óptimo, además de ser altos en minerales, concretamente en Potasio, que aparte de favorecer la reducción de acumulación de líquidos resultará junto al brocoli en grandes beneficios para nuestra piel.
Así pues queda enmascarado completamente el sabor del brocoli y la miel le aporta un toque dulce muy agradable al Smoothie, que puede convertirse en una alternativa para aquellos más reticentes a consumir verduras.
Este Smoothie tiene el propósito de permitir disfrutar de los dulces de estas fiestas de manera responsable, tanto manteniendo un nivel de energía y saciedad óptimos para controlar la ingesta y el apetito de forma natural como para limpiar y desintoxicar el organismo, renovando el tránsito tras el aumento de grasas y azúcares que pueden desincronizar al organismo, aunque nada nos salva de tener que enfundarnos en las deportivas.
